Quiero contarles una anécdota que pasó realmente. Carlitos es un chico con “Síndrome de Down”, cuando tenía 11 años la mamá fue a la parroquia de su barrio para anotarlo en catequesis (en ese entonces no había catequesis especial) por eso el sacerdote le dijo que podía integrarse al grupo convencional. A partir de ahí se produjo un rechazo generalizado de los padres que mandaban a sus hijos a ese grupo` y decían: “----¿y si hace lío y nos arruina la celebración? ”El Sacerdote con mucha paciencia los convenció de que no iba a pasar nada. Y por fin llegó el día…..todos los chicos y las chicas formaban fila para recibir la comunión. Carlitos estaba entre ellos serio y emocionado…Todos los padres estaban expectantes para ver que iba a pasar. Cuando le tocó el turno a Carlitos, recibió a Jesús con mucha devoción y se volvió a su asiento y…cuando todos respiraban porque el momento había pasado sin problemas…Carlitos se levantó y se dirigió al Sacerdote que acababa de darle la Comunión y continuaba dándosela a los otros chicos. Los padres comenzaron a murmurar “---¿viste, viste que algo iba a pasar?” Pero…Carlitos solo se acercó al Sacerdote para decirle ¡GRACIAS! Y se volvió muy tranquilo a su banco con una enorme sonrisa de felicidad en su rostro.- Los padres avergonzados bajaron la cabeza arrepentidos de haber juzgado este niño que con su almita de ángel volvió a dar las GRACIAS al Sacerdote- “MUCHOS SON LOS ELEGIDOS, PERO MUY POCOS LOS QUE VUELVEN A DAR LAS GRACIAS”
Adelina Riportella
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